Un informe pericial realizado
en las heridas del cuerpo de Teresa Lobato reveló ayer que el hasta hoy
desconocido asesino de la joven madre de Toro Pozo "es un psicópata pasivo
agresivo".
Así sería la conclusión que le
habría sido enviada a la fiscal Aída Farrán Serlé por el forense Julio Roldán.
El objetivo del cometido
conllevaba obtener una especie de perfil del homicida para ser cotejada con la
personalidad del conjunto de sospechosos que suman alrededor de 11, pero la
Fiscalía fue descartando y hoy la atención se focalizaría en 3 ó 4 hombres.
Los mismos fueron presentados
en sociedad por sus propios celulares.
Al parecer, los aparatos
delataron que éstos intercambiaban sms o whatssap con María Teresa hasta 30
veces en el día.
Plan B
Sin testigos presenciales, la
Fiscalía se aferra a la ciencia y a la tecnología para traer del
"anonimato" al hombre (o mujer, aunque difícil) que la siesta del 28
de abril ultimó a la jovencita en su propia vivienda.
Con un asesinato netamente
pasional, la Fiscalía reconstruyó la historia de María Teresa Lobato.
Interrogó a toda su familia,
amigos y vecinos.
Los únicos remisos y con
amnesia selectiva resultaron los 3 ó 4 "amigos" en el celular, pero
desconocidos ante la sociedad.
Allanamientos
Dentro de un abanico de
operativos, han sido allanados una cantera, dos tabiques y varias casas.
Fueron secuestrados una
zapatilla con sangre, sin que se develara aún la identidad, trascendió.
Por otra parte, también han
sido remitidas a un laboratorio de Jujuy prendas de vestir (con sangre)
propiedad de la víctima.
Sin embargo, trascendió que la
sangre se encontraba degradada y, por ende, fue imposible buscar ADN.
También la Fiscalía prestó
especial atención al hermano adolescente de María Teresa, confiada en que el
joven aportara detalles específicos sobre la vida de la jovencita. En ese
cometido, subrayará por qué ella tenía un celular con 5 chips: la funcionaria
intuye que entre sus contactos podría encontrarse oculto el asesino. Con el
"verdugo" hoy sin cometer aparentes errores, Farrán Serlé sigue
trabajando junto con los colaboradores. Es una convencida de que el crimen
perfecto no existe.