Descubren sin vida en aguas del canal a un vecino del Bº San Martín, "perdido" desde el 23 de abril.

Un cadáver de hombre fue hallado ayer a la siesta, en aguas del canal San Martín, a la altura de calle 51, entre 5 y 4 del B° Ejército Argentino. Los funcionarios no confirmaron ni descartaron, que pudiera tratarse de un homicidio.
El descubrimiento sobrevino a las 14.50. Lo protagonizó un obrero de una empresa constructora que arrojaba tierra en una obra. Allí, se encontró con el cuerpo en las aguas.
Trascendió que la víctima tenía el torso desnudo, pantalón de jeans, zapatillas y la cabeza en sentido sur. Carecía de documentos y otros elementos para ser identificada.
Reacción inmediata
Minutos después, se hicieron presentes la fiscal Eugenia Callegaris; el médico de Policía, Daniel Farías; personal de la División Criminalística, de Homicidio y Delitos Complejos; de la Unidad Morguera y Trata de Personas.
La tarea crucial estuvo a cargo de Farías. El profesional aconsejó la realización de una autopsia. Pero el panorama no será nada fácil, por el avanzado estado de descomposición del cuerpo.
Horas después, arribó al lugar un joven e informó que su padre se encontraba perdido desde el 23 de abril último. Ante la novedad, comenzó a crecer la posibilidad de que se tratara del cadáver hallado.
El testigo reconoció el teléfono que tenía el extinto entre sus pertenencias. También, habría confirmado que las botas de trabajo y el jeans eran los mismos que llevaba puesto su progenitor.
Así, los funcionarios habrían establecido que el cuerpo correspondía a Orlando Espíndola, de 60 años, con residencia en calle Gaucho Rivero N° 1792, Bº San Martín.
Desandan últimas horas de Espíndola
Con el triste fin de Espíndola en una mesa de la morgue, la fiscal reconstruye, desde anoche, sus últimas horas.
Había sido visto por última vez el domingo 23 de abril, alrededor de las 10 de la mañana. Un detalle nada secundario, los familiares y policías subrayaron la existencia de un golpe que había sufrido en la rodilla izquierda, por lo que Espíndola caminaba lento.
Los forenses trabajarán desde hoy con el cuerpo. Hay un postulado clave: "Los cuerpos hablan". Desde esa certeza, los forenses deben establecer si Espíndola murió ahogado, o no. Un análisis a sus pulmones permitirá desentrañar la encrucijada.
También, buscarán golpes en todo su cuerpo. Hay una clara diferencia entre las lesiones (post mórtem, o no) naturales, producto de una caída, de aquellas causadas por factores externos y/o manuales. Con el informe de autopsia en su despacho, o un adelanto preliminar, Callegaris definirá el caso: accidente, muerte natural u homicidio.
Reconstruyen el día clave e indagan en celular del hombre
Los policías trabajaban anoche tras un cometido básico. Establecer ¿cómo llegó el cuerpo al Canal San Martín, frente al Bº Ejército Argentino?
Atentos a la distancia de su casa con el lugar del descubrimiento, los funcionarios indagaban si el lugar del hallazgo estuvo dado por las últimas lluvias que incrementaron la cantidad de agua al Canal, o bien hubo otros factores aún no visibles.
Una corriente policial se inclinaba anoche por la primera de las hipótesis. Otra sugería prudencia e indagaba entre sus amigos, a fin de reconstruir lo hecho por Espíndola el 23 desde el momento en que se ausentó de su hogar.
La Justicia pedía informes a la empresa de telefonía celular, ya que puede obrar de rastreador y develar un radio tentativo de permanencia para Espíndola.
Reinaba la reserva absoluta al cierre de esta edición, en medio de una familia quebrada, ya despojada de todo atisbo esperanzador por encontrarlo con vida, enfatizaron las fuentes.
El forense y toda la atención
Familiares, amigos y vecinos de los barrios San Martín y Ejército Argentino serán citados desde hoy para declarar en las comisarías 11 y 8ª.
Los policías buscarán elementos importantes en torno a la figura de Espíndola. Sus familiares aportarán piezas para que los funcionarios develen su rutina y el derrotero que tuvo aquella jornada del 23.
Dolor y perplejidad
Todo era dolor anoche en el Bº San Martín. Distante, Callegaris y su equipo pedían informes y esperaban ansiosos la palabra del forense. De su diagnóstico pendía el prólogo de un crimen complejo, o bien una muerte con neto sesgo de un accidente.
Fuente: El Liberal.

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