El Carabajal, tierra de Sanavirones que sobrevivió al tiempo en el sur santiagueño.

Las sierras de Sumampa en el sur santiagueño sin lugar a dudas por encontrarse sembrada de vertientes ha sido habitada por el hombre desde tiempos prehispánicos, sus huellas o rastros (pircas, morteros, pictografía, etc) hoy nos hablan de su presencia, siendo el arte rupestre una de las formas más directas en que ese pasado llega hasta nuestros días.
Diario Sud a través de sus repórter “Lugares para Conocer” se trasladó hasta el paraje El Carabajal, ubicado a unos 20km de la ciudad de Sumampa a la vera de la ruta N° 1 que conduce hacia la ciudad de Los Telares; allí nos encontramos con Héctor “El Negro” Verón y Adolfo Figueroa y su hijo Horacio, quienes machete a mano nos acompañaron y nos invitaron a conocer en medio de la espesura del monte, todo lo que atesora el interior del departamento Quebrachos del pueblo de los Sanavirones que habitaron la zona y dejaron marcado su paso por esta provincia santiagueña.
Casa de Piedra
Uno para llegar al lugar debe trasladarse en vehículo unos 3km desde la ruta provincial N° 1 desde el ingreso del camino vecinal que va al paraje de Oratorio. De allí con el acompañamiento de vecinos te podrán guiar hasta los diferentes lugares que ofrece el campo privado de la familia Verón.
Por senderos de animales, a fuerza de machetes se fue abriendo el camino para poder llegar a nuestra primera parada “La Casa de Piedra”, se trata de una gran roca que sobresale entre la exuberante vegetación, en su parte inferior presenta concavidad conformando un abrigo (lugar especial para refugio de humanos y animales a través del tiempo).
Sus paredes poseen dos borrosas pinturas y es posible que hayan sido muchos más, parte de ellos al parecer desapareció por degradación natural u oxidación.
Cerro de Los Morteros
En lo más alto del cerro, a  unos mil metros bordeando el lugar para poder escalar las piedras, se llega a la punta del cerro; un lugar muy llamativo ya que te encontras con un terreno lleno de piedras planas, donde los sanavirones construyeron  un sin  números de morteros y cuenta con un avistamiento especial para todo el lugar.
En el lugar entre medio de tantas “tacanas”, sobresalen unas por su tamaño y por su profundidad de más de 80 cm que por estos días de lluvias, están llenos de agua.
Sin lugar a dudas estos cerros del paraje El Carabajal estuvieron habitados por los Sanavirones, ya que el lugar contaba con vertiente y arrollo para habitar el lugar  y como testimonio de su paso por la zona, se cuenta con una fuerte presencia de morteros que cuenta el lugar y que invitan a conocer su historia.
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Informe: Eduardo Oroná.

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