Un compañerito develó a las docentes la odisea del niño agredido por su madre con un cable en Sumampa, Quebrachos, y el panorama se presenta crítico por lo endeble de la Patria Potestad, en la detenida; más un padre con fuerte apego al alcohol y otros parientes permeables a las drogas.
La historia hizo eclosión el lunes 14. El día previo, el niño, de 10 años, fue agredido por su madre (28), con un cable. Aturdido, el niño confió a su compañero lo sucedido. Fueron al baño y le mostró la espalda, brazos y piernas con surcos rojos, por tantos golpes.
En cinco minutos, el compañero develó a los docentes lo sucedido. Y esa mismo día, la fiscal Andrea Juárez puso frenos y la madre golpeadora terminó presa. Con la misma rapidez, fue indagada y se abstuvo de declarar.
Panorama desolador
Y ahora la Justicia debate qué hacer con el menor. Según un relevamiento, el padre tendría problemas de alcohol y los otros parientes (algunos pastores) registrarían caídas por las drogas. Ni siquiera los cultos evangélicos mitigarían el crudo realismo que terminó con el hijo y su espalda con mapas de "tortura" física.
Por lo pronto, la Fiscalía daría intervención a la Subnaf y jueces, en busca de una solución que conjugue: protección, alimentación, educación y escuela.
Hoy por hoy, todo luce preocupante. La madre del alumno está presa y va derecho a la prisión preventiva, salvo que sea beneficiada con el arresto domiciliario, por sus otros hijos.
Su conducta dejó en claro que representa un peligro para el niño de 10 años y nadie se atrevería en ensayar una utópica revinculación. En esencia y la forma, ahora los funcionarios trabajarán para que esa solución sea lo menos traumática posible.
Fuente: El Liberal